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Reglamento Europeo de IA y su impacto en las pymes: obligaciones, riesgos y oportunidades 

Reglamento Europeo de IA y su impacto en las pymes

La inteligencia artificial (IA) ya forma parte del día a día de muchas pymes españolas. Desde chatbots para atención al cliente hasta algoritmos que optimizan inventarios o apoyan decisiones financieras, la IA se ha consolidado como una herramienta estratégica.  

Con la aplicación de las normas a los modelos de IA de propósito general a partir del 2 de agosto de 2025 y la entrada en vigor plena del Reglamento Europeo de IA (Reglamento UE 2024/1689) a partir del 2 de agosto de 2026, se activan de forma definitiva obligaciones que afectan directamente al uso y comercialización de estas tecnologías. Este es, por tanto, un momento clave para repasar las principales exigencias que los directivos de pymes deben conocer, no solo para cumplir con la ley, sino también para identificar cómo la IA puede convertirse en una palanca de innovación y crecimiento. 

Un marco legal que transforma profundamente el uso de la IA en pymes 

El Reglamento de IA es el primer marco legal integral sobre inteligencia artificial en el mundo y se aplica a cualquier sistema utilizado o comercializado en la UE, incluso si su proveedor está fuera de Europa. Esto incluye herramientas habituales como un CRM con funciones predictivas, un chatbot de soporte o una solución de scoring crediticio.
Fechas clave para las pymes: 

▪  02/02/2025: prohibición de sistemas de riesgo inaceptable. 

▪  02/08/2025: aplicación de normas a modelos de IA de propósito general. 

▪  02/08/2026: fin del periodo transitorio y aplicación plena del Reglamento. 

¿Qué son los modelos de IA de propósito general?
Son sistemas que no están diseñados para una tarea concreta, sino que pueden realizar de manera competente una amplia variedad de tareas distintas. Ejemplos son los grandes modelos de lenguaje desarrollados por compañías  como OpenAI (ChatGPT) o Google (Gemini), que pueden aplicarse a chatbots, generación de contenido o análisis de datos.
Desde agosto de 2025, los proveedores de estos modelos deberán cumplir con requisitos adicionales de transparencia y seguridad. Para las pymes, esto significa que resulta esencial verificar que las herramientas que contraten estén alineadas con el Reglamento, especialmente en los casos en que puedan considerarse de alto riesgo.

Clasificación por riesgos y sus consecuencias 

La ley establece cuatro niveles, cada uno con ejemplos y requisitos distintos: 

▪  Riesgo inaceptable: sistemas totalmente prohibidos por considerarse una amenaza para la seguridad o los derechos fundamentales. Ejemplos: puntuación social, manipulación subliminal del comportamiento, reconocimiento de emociones en entornos laborales o educativos, identificación biométrica en tiempo real en espacios públicos. 

▪  Alto riesgo: permitidos, pero sujetos a requisitos estrictos de evaluación, supervisión y seguridad. Incluye, entre otros, sistemas para filtrado de CVs en procesos de selección o algoritmos de evaluación crediticia o scoring financiero. 

▪  Riesgo limitado: no requieren requisitos técnicos complejos, pero sí transparencia hacia los usuarios. Dentro de esta categoría podríamos encontrar los chatbots y asistentes conversacionales, que deben identificarse claramente como IA, generadores de contenido sintético (deepfakes) que deben ir etiquetados, o sistemas que detectan emociones de clientes en un contexto comercial (con aviso previo). 

▪  Riesgo mínimo: uso libre sin obligaciones específicas en el Reglamento, aunque siguen aplicando otras leyes generales. Ejemplos: filtros anti-spam, recomendadores de productos en e-commerce, optimización de rutas logísticas o videojuegos con IA. 

Para las pymes, el reto está en identificar correctamente el nivel de riesgo de cada herramienta, ya que un sistema clasificado como alto riesgo puede implicar costes y procesos que desincentiven su uso. 

Obligaciones clave para las pymes como usuarias de IA 

La mayoría de las pymes actuarán como usuarias, y el alcance de las obligaciones dependerá del nivel de riesgo de los sistemas que utilicen. Los sistemas de alto riesgo son los que concentran la mayor parte de las exigencias técnicas y de documentación. Sin embargo, incluso en los casos de riesgo limitado o mínimo, existen deberes básicos que deben cumplirse, especialmente en materia de transparencia y uso responsable. 

Dentro de las obligaciones, se podrían destacar las siguientes: 

▪  Usar la IA siguiendo las instrucciones del proveedor, especialmente en sistemas de alto y riesgo limitado. 

▪  Garantizar supervisión humana efectiva en decisiones críticas (obligatorio en alto riesgo y recomendable en el resto). 

▪  Mantener registros de la actividad y notificar incidentes graves en sistemas de alto riesgo. 

▪  Verificar la calidad de los datos introducidos en el sistema para todos los niveles de riesgo. 

▪  Informar a empleados y clientes cuando corresponda, obligación especialmente relevante en riesgo limitado. 

Modificar la IA o cambiar su finalidad puede convertir a la pyme en proveedora accidental, asumiendo las exigencias más estrictas del Reglamento. Por ejemplo, si una consultora de RRHH contrata una aplicación que utilice un modelo de propósito general (clasificado como riesgo limitado) y la adapta para crear una herramienta de preselección de candidatos para sus clientes (finalidad de alto riesgo), pasará de ser usuaria a proveedora de un sistema de alto riesgo. Este cambio supone un aumento significativo de responsabilidades y costes, que, si la empresa no cuenta con la capacidad técnica, jurídica o económica para gestionarlos, puede suponer la imposición de sanciones muy elevadas.  

Riesgos y sanciones 

Las sanciones por incumplimientos pueden alcanzar hasta 35 millones € o el 7 % de la facturación global en casos de uso de prácticas de IA inaceptables, y hasta 15 millones € o el 3 % en infracciones relacionadas con sistemas de alto riesgo o el incumplimiento de normas para modelos de IA de propósito general. En el caso de pymes y empresas emergentes, se aplicará la cantidad menor entre el porcentaje de facturación o la cuantía fija. 

Este marco sancionador, combinado con un sistema regulatorio muy exigente, podría provocar que algunas soluciones se retrasen en su lanzamiento o incluso desaparezcan del mercado europeo. Como consecuencia, las pymes podrían encontrarse en desventaja competitiva respecto a empresas de otras regiones con regulaciones más flexibles. 

Plan de acción para cumplir con el Reglamento 

Para que las pymes puedan adaptarse de forma práctica y aprovechar las oportunidades que la IA ofrece, se recomienda seguir estos pasos: 

  1. Inventariar: elaborar una lista detallada de todas las herramientas y sistemas de IA que utiliza la empresa, incluyendo las integradas en otros softwares. 
  2. Clasificar: categorizar cada herramienta según el nivel de riesgo definido por el Reglamento (inaceptable, alto, limitado o mínimo). 
  3. Comunicar: contactar con los proveedores para confirmar su plan de cumplimiento, solicitar documentación y verificar el marcado CE en caso de sistemas de alto riesgo. 

A estas acciones se debe añadir un programa de formación interna o “alfabetización en IA”, que no solo contribuya a cumplir con una de las obligaciones del Reglamento, sino que también dote a los equipos de las competencias necesarias para identificar riesgos, aprovechar de forma segura las capacidades de la IA y generar valor para la organización.  

La formación puede convertirse en un motor de innovación, ayudando a que la IA no sea solo una exigencia legal, sino una palanca real de desarrollo y mejora. Designar un responsable interno que coordine el proceso de adaptación y lidere esta capacitación es clave para integrar la IA de manera estratégica en la pyme. 

Conclusión: Cumplir sin perder competitividad 

El Reglamento de IA obliga a las pymes a conocer y cumplir con sus obligaciones como usuarias de tecnología, pero también plantea el riesgo real de limitar su acceso a ciertas herramientas. Aunque es necesario para evitar usos inaceptables, su aplicación estricta puede frenar la innovación. Para minimizar el impacto, es fundamental identificar desde ahora las herramientas de IA utilizadas, confirmar su conformidad y establecer protocolos internos que garanticen un uso seguro, legal y sostenible.  

Asimismo, la formación de los equipos en el uso y aplicación de la IA es clave no solo para prevenir incumplimientos, sino también para transformar esta tecnología en una oportunidad para mejorar la productividad, optimizar procesos y abrir nuevas líneas de desarrollo en la pyme. 

Artículo escrito porAlfonso Guillamón Palazón 

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